jueves, 1 de septiembre de 2011

LA BUENA MADRE




La imagen de la BUENA MADRE la he realizado con la técnica de telas encoladas y tallado en yeso betalfa . Es la misma técnica que se ha utilizado para hacer la imagen del Patriarca San José, Santa Teresita, Padre Damián, etc., con lo que les doy la pauta de las múltiples imágenes artesanales, e irrepetibles que se pueden hacer. ¿Cómo se hace? te lo cuento ahora por si no leíste el anterior:
1)    Se parte de un soporte (que puede ser de alambre, madera, plástico, cartón, telgopor, etc.) En este caso es un tallado en yeso betalfa. Se le van marcando las partes del cuerpo. TENER EN CUENTA LAS PROPORCIONES!!!!!. Ver el artículo Quit docet, discit (dimensiones) ahí te las comento.

 



2)    Se sigue con la cabeza y las manos (en este caso las manos de la Virgen están adheridas al Niño Jesús). Vamos pensando cómo va a ir ubicada la ropa (para esto es preciso ver estampas para que sea más real) y las actitudes de la imagen (esto lleva bastante tiempo).
3)    Se va pensando en todos los detalles que se le quieren hacer (ubicación de las manos, de los pies, manto, etc.). Prestar atención a los pliegues del velo, del manto y del vestido de la Virgen.

 

4)    Si hiciera falta, se van añadiendo pequeñas almohadillas con algodón para darle volumen a las partes del cuerpo. En este caso no hizo falta, ya que en el tallado lo tuve en cuenta. Se pinta la cara y las manos. Se añade la cabeza de la Virgen. Las manos de Ella y el Niño Jesús lo vamos a hacer al final. Se la fija con masilla epoxídica.
5)    Se pinta la base imitando suelo, mármol, madera, etc. y se le da varias manos de barniz. Se la protege con papel adherente para que no se ensucie. Esto es lo recomendable, pero también podemos dejar la base para el final. Les cuento algo interesante, una vez dejé la base para lo último y mientras pintaba iba limpiando los pinceles en la base. El resultado final fue un maravilloso mármol, hagan la prueba.
6)    Se van encolando las telas de algodón o lino (NO SINTÉTICO) y se le pasa una mezcla de cola de carpintero, tiza, enduído y colorantes. Por lo menos 2 manos. Las vamos fijando a la imagen.



7)    Dejar secar muy bien entre tela y tela, lo mismo cuando se pinta, DEJAR SECAR MUY BIEN ENTRE MANO Y MANO.
8)    Mucha PACIENCIA!!! Porque a la hora de anexar al Niño se les puede complicar. PRIMERO SE VISTE A LA VIRGEN, eL Niño es lo último.


9)    Lo adherimos muy bien al cuerpo y lo dejamos secar. Nos vamos a ayudar haciendo algún “andamio” con palitos, hilos, bandas elásticas, alfileres, etc. Para que fragüe todo en el lugar correcto.
10) Sacar el papel adherente de la base y seguir decorando con otros detalles (aureola, puntillas doradas, galones, etc.).




11) Retocar con pigmentos al tono las marquitas que hubiéramos dejado y todo el perfilado es retocado con dorado u otros colores para crear sombras.

 

Te cuento algo de la historia de esta advocación, tan querida por mí, por ser exalumno de los Hermanos Maristas. La aprendí a amar y a rezarle gracias a excelentes Hermanos que me guiaron: René, Pastor, Alejandro. Lorenzo, Rafael, entre otros.

"Diga a sus niños que Jesús y María los aman mucho a todos: a los que son buenos porque se parecen a Cristo Jesús, que es infinitamente bueno y a quienes no lo son todavía porque llegarán a serlo. Que la Santísima Virgen les ama también, porque es la Madre de todos los niños que están en nuestras escuelas. Dígales también que yo mismo les quiero mucho".

"Interesen a María en su favor, díganle que después de haber hecho todo lo posible, tanto peor para ella si las cosas no van como es debido. Encomiéndenle mucho a sus niños".

"Los dejo en los Corazones de Jesús y de María, nuestra Buena Madre".

"Arrójese en brazos de nuestra común Madre, ella tendrá lástima de su situación y de la de sus hermanos, Ella puede muy bien resolverlo todo."

"No desespere nunca de su salvación; está en buenas manos. ¿No es María su refugio y su buena madre? Cuantas mayores sean sus necesidades, más se interesa ella en volar en su auxilio.

Solía decir a los Hermanos: " Si tenéis la dicha de inspirar a los niños tierna devoción a la Virgen, los habréis salvado".

Así sentía, hablaba y escribía San Marcelino Champagnat. Estos párrafos, tomados de algunas de sus cartas, nos revelan su estilo (lenguaje) llano y directo, su personalidad sencilla y afectuosa y, como ya habrán notado, nos demuestran la importancia que María tiene en su vida y en su obra.

María, como enseña la encíclica "Redemptoris Mater", supo avanzar por el camino de la fe y mantener fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz - María
fué y es la "primera cristiana", "adviento" y "flor" de Dios -como la llama un Padre de la Iglesia-, y el fruto de su seno es JESÚS. María siempre nos conduce a Jesús, el Salvador. "A Jesús por María" – enseñaba San Marcelino.

La imagen de María tan querida por el P.Champagnat y conocida por los Hermanos Maristas es conocida como “La Buena Madre" (Bonne Mère).

La historia de esta imagen.
Sabemos que el P. Champagnat oró en varios santuarios marianos de su región: en Nuestra. Sra. De Fourviere (Lyon), en Valfleury, en El Puy, etc. También en la ermita de Nuestra. Sra. de los Dolores en La Valla. Pero, a la hora de amueblar y adornar las primeras casas de la congregación, la pobreza de recursos le obligó a una gran sencillez. En el aspecto religioso, sólo grabados o cuadros comunes, algún crucifijo y algunas sencillas imágenes de María, populares en su tiempo.
Entre ellas descuella esta de "la BONNE MÈRE". Es una estatua de yeso policromado, de 0,75 mt. De altura, que representa a la Virgen Madre con el Niño aún pequeño en los brazos y el gesto tan infantil de "chuparse el dedo".
Así vemos a Jesús infante, tranquilo y feliz, en actitud de total abandono, "porque está con su madre". Ésta fue una de las actitudes fundamentales de Marcelino en relación con María. Al parecer, esta imagen mariana era bastante popular en Francia durante el siglo XIX, pues no es raro encontrarla en bastantes casas religiosas y templos.
Quizás la más "rica" y el "prototipo" sea la que se encuentra en una capilla lateral de la catedral de Rouen. Es de mármol blanco y de tamaño natural y tiene como autor al escultor Lecomte (s. XVIII). En dicha ciudad la conocían con el título de "Nuestra. Sra. del Voto" pues ante ella venían a hacer su Promesa de Fidelidad los neo-sacerdotes, antes de dirigirse a su primera parroquia u otro ministerio. Quizá sobre este "modelo" se fabricaron las estatuas más populares, en yeso. Fue una de las primeras que adquirió -¿o le fue obsequiada? No se sabe - el P. Champagnat. De hecho, una leyenda colocada en la base, y que parece del siglo pasado, reza así: 'c'est devant cette statue que la question des bas de drap a été tranchée dans la Chapelle de l'Hermitage en 1829" (“Fue ante esta estatua que se solucionó el asunto de las medias de paño, en la Capilla del Hermitage, en 1829”). - Esta inscripción parece repetir otra anterior, ubicada en la parte posterior opuesta, de la cual se leen sólo algunas palabras, suficientes para colegir la identidad.
Leyendo la VIDA de San Marcelino sabemos a qué grave problema se refiere dicha "leyenda": a la división interna entre los Hermanos después que en 1828 el P. Champagnat creyó oportuno "imponer" el uso de las medias de paño y un nuevo método de lectura. Tras un año de prueba, la división continuaba y el Padre Fundador quiso zanjar la cuestión. Pues bien, en el altar que se montó en la Capilla del Hermitage, el Padre mandó colocar "la estatua de la Virgen en medio de gran número de cirios",pero el Hno. Avit, especifica algo más: "Il leur
conseilla de préparer... un autel sur lequel ils devaient placer la statue de “LA SOUVERAINE DE LA MAISON", vale decir "debían preparar un altar colocando en él la estatua de LA REINA DE LA CASA".
Es normal preguntarse cuál sería y dónde estaría habitualmente dicha estatua, si en la habitación del Fundador o en la sala de comunidad o en la entrada de la casa. El Hno. Avit no lo señala. Sin embargo, una deducción parece segura: esta debía ser la estatua de María más significativa, la más apreciada y honrada por el Fundador y la Comunidad, pues la "escena" que se quería montar era "decisiva" y el Padre Champagnat quería apelar a sentimientos profundos... y la inscripción ya señalada nos indica que la imagen elegida fue la que ahora denominamos "LA BONNE MÈRE". Estatua pues "significativa". Muy curiosamente, en la Historia Marista posterior (fines del XIX y mitad del XX), se consideró "Reina y Madre del Instituto Marista" a otra imagen mariana que preside el altar mayor de la gran Capilla del Hermitage, llamada justamente "Nuestra. Sra. del HERMITAGE". Y, sin embargo, esta magnífica estatua de piedra policromada, sabemos claramente que llegó al Hermitage en 1877, al construirse la capilla actual. Luego es evidente que ni el Padre Fundador ni la primera generación marista, la vieron jamás. ¿Por qué relacionarla con el Fundador? ¿Por qué se la ensalzó tanto? Lo que pasó, fue que la pequeña estatua de la "Bonne Mere" era demasiado humilde para la "Gran Capilla" y además, desde 1858, se debía encontrar en la nueva Casa Generalicia de Saint-Genis-Laval, a donde fueron trasladados parte de los" tesoros" del Hermitage. El Hno.Avit escribe: "Effets qui ont servi au P. Champagnat et qui sont á la maison Mére á Saint-Genis-Laval" y al describir la habitación que ocupaba el Hno Juan-Bautista (el exponente máximo de la tradición de los orígenes, fallecido en 1872), señala en 2º lugar: "La statue de la Vierge qu'il (P. Champagnat) avait dans sa chambre á La Valla; lénfant Jesus est couché dans les bras de sa Mére, l'index á la bouche" O sea: "la estatua de la Stma. Virgen que tenía (el P. Champagnat) en su habitación de la Valla; el Niño Jesús está recostado en los brazos de su Madre, con el (dedo) índice en la boca". La descripción es clara: estamos ante la imagen de la "Bonne Mère" y ante un "documento" que la sitúa en los orígenes de la congregación, en los tiempos de La Valla, o sea varios años antes de la escena de la Capilla del Hermitage.
Existe aún otra posible referencia a la estatua. En la descripción de la llamada "Capilla del Bosque" durante la construcción de la Casa-Madre, hablan de "una estatua de la Santísima Virgen, DE YESO , colocada en el muro" ¿Sería acaso esta misma estatua? La importancia que se le dará posteriormente lleva a creerlo. Símbolo archivado y... resucitado.
Poco a poco, con la lejanía de los orígenes y del Hermitage, convertido en centro de 2º orden, esta venerada estatua se fue perdiendo de vista y se convirtió en simple material de archivo. Seguramente llegó a Grugliasco (Italia)
en el éxodo de 1903, para regresar luego a Saint-Genis en 1939. Por fin, en 1960, llegó a la nueva Casa Generalicia de Roma, junto con todo el "Material de Archivos". En 1982, un Hermano la redescubrió, la mandó restaurar ligeramente y comenzó a darle "publicidad". En efecto, una serie de estampas y postales, publicadas por la Postuladuría, la han hecho llegar a todas las Provincias y, sobre todo, al corazón de los Hermanos que ven en ella el símbolo y reflejo de una parte de su espiritualidad .
En el Capítulo general de 1985, fue entronizada la estatua en la Sala capitular y presidió todas las sesiones generales de los Hermanos Delegados de todo el mundo marista. Así quedó patente que, como en 1829 en la Capilla del Hermitage, ahora en 1985, en la gran Sala Capitular de Roma, la "Buena Madre" seguía UNIENDO a los Hermanos en el carisma de M. Champagnat.
Existen dos estatuas de la Buena Madre. ¿Cuál es la auténtica? En efecto, los que visitan la habitación del P. Champagnat en Nuestra Señora del Hermitage, pueden contemplar allí una "segunda" imagen de la Bonne Mère, semejante en el modelado a la que existe en Roma-Casa generalicia, aunque aquélla es más pequeña y está pintada de un modo mucho más primitivo. También a dicha estatua se le atribuye antigüedad y se la quiere relacionar con el Padre Fundador. Sin embargo, se puede precisar lo siguiente: no lleva, como la de Roma, ninguna nota explicativa "adherida". Además, no figura en la LISTA DE RELIQUIAS redactada en El Hermitage en 1925. Tampoco se encuentra reseñada dicha estatua en la "Guide pour visiter l'habitation du Ven. Pére Champagnat et du v. Frére Francois", editada en 1932.
Podemos preguntarnos entonces, dónde se encontraba, en esos años, esta "segunda" estatua de la Buena Madre que, de serlo, debía considerarse como
una "reliquia" importante.
Por lo señalado anteriormente se deduce  que debía ser una de tantas estatuas y estatuillas de la Virgen que poblaban las innumerables dependencias del Hermitage (casa que albergó durante bastantes decenios hasta 5 comunidades). Es seguro que viene del siglo pasado y quizás fue adquirida después de 1858, cuando El Hermitage se quedó sin la preciosa imagen de los orígenes, trasladada a Saint-Genis; quizás fue una de las "ocurrencias" del Hno. Francisco al tornar a su retiro en el "relicario del P. Champagnat" (fines de 1860).
Lo que parece muy probable es que esta "segunda" estatua debió ser colocada
en su ubicación actual, con la nota que la acompaña, sólo después de la Beatificación, al organizar el "Historial Champagnat" y la habitación del Fundador, en 1957. Las dos imágenes nos traen un idéntico mensaje.
Tampoco debe confundirse la estatua de la "Bonne Mère" con la famosa talla de madera dorada, llamada "la Virgen del corazón de plata", que se encuentra actualmente en el citado Historial del Hermitage, y que también perteneció al P. Fundador y a la primera generación de Hermanos.
Según la tradición, al final del retiro anual, los Hermanos introducían en dicho corazón sus "promesas" o votos, y el P. Champagnat depositaba en él la "lista de destinos". He aquí otra estupenda imagen mariana "de los Maristas". de valor artístico notable, y que también debe ser restaurada y revalorizada en la Congregación. Ojalá algún día alguien investigue su origen.