sábado, 10 de junio de 2017

Los colores litúrgicos en la Iglesia Católica Apostólica Romana.



¿Qué significan los Colores Litúrgicos y cuándo se usan?

La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende expresar con más eficacia, aún exteriormente, tanto el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran, como el sentido progresivo de la vida cristiana en el transcurso del año litúrgico. Así los cristianos oran con sentimientos diversos evocados también por los colores de las vestiduras litúrgicas. Estos colores deben estar marcados también en nuestro corazón.



. BLANCO: Simboliza pureza y tiempo de júbilo. Es usado en los momentos principales del calendario litúrgico; Navidad y Pascua. 

También se usa en fiestas dedicadas a la Virgen o Santos no Martirizados, así como en la festividad de Todos los Santos o Cristo Rey. 

Es el color del gozo pascual, de la luz y de la vida.

. MORADO: Simboliza una profundización espiritual, una preparación. Se usa en Adviento y en Cuaresma, tiempos de preparación para la Navidad y la Pascua respectivamente. También se usa en funerales y misas de difuntos. 

Indica la esperanza, el ansia de encontrar a Jesús, el espíritu de penitencia; por eso se usa en adviento, cuaresma y liturgia de difuntos. 

Es signo de penitencia y austeridad.

. VERDE: Simboliza la esperanza.  Expresa la juventud de la Iglesia, el resurgir de una vida nueva. Es usado después de Navidad hasta Cuaresma, y después de la Pascua hasta el Adviento. 

Es tiempo de esperanza por la venida del Mesías y por la Resurrección salvadora respectivamente. 

Este tiempo se conoce como Tiempo Ordinario dentro del calendario litúrgico, en esas 34 semanas no se celebra un Misterio concreto de Cristo, sino el conjunto de la Historia de la Salvación y sobre todo el Misterio Semanal del Domingo como el día del Señor.



. ROJO: El Rojo significa pasión, caridad, amargura y amor divino. 

Se usa el domingo de Ramos, el Viernes Santo, Pentecostés, fiesta de los apóstoles y santos mártires. 

Significa el don del Espíritu Santo que nos hace capaces de testimoniar la propia fe aún hasta derramar la sangre en el martirio. Es el color de la sangre y del fuego.


. DORADO o PLATEADO: Simboliza triunfo y júbilo, se utiliza en las grandes fiestas en especial en las misas del Domingo de Resurrección.


 . ROSA: Subraya el gozo por la cercanía del Salvador el Tercer Domingo de Adviento ("Gaudéte"), e indica una pausa en el rigor penitencial el Cuarto Domingo de Cuaresma ("Laetare" ). 
Es símbolo de alegría, pero de una alegría efímera. No tiene un significado litúrgico definido, significa la ausencia de todo mal .




. AZUL: Simboliza pureza y la virginidad,es el color del amor, la fidelidad y el afecto. Asociado de siempre a la Virgen María. 

El Celeste es el color privilegiado para celebrar la Solemnidad de la Inmaculada.



MENOS USADOS:

NEGRO: Color que simboliza tristeza, separación, penitencia, vigilia y soledad. Su significado es similar al Morado. 

Es el color litúrgico del Viernes Santo. 

Es una expresión de duelo. Se utiliza para misa de difuntos y para Miércoles de Ceniza, aunque ha caído en desuso en favor del morado.

AMARILLO: Al igual que el Dorado, quiere significar pureza, ya que pertenece a la familia del color blanco. 

Simboliza también el color de la luz, luz de Dios, sobretodo en Oriente. Por su color similar al trigo también se le asimila con la institución de la Eucaristía. 

Se usa el Dorado también para la celebración de fiestas muy solemnes.


TODOS ESTOS COLORES TAMBIÉN DEBEN ESTAR MARCADOS TAMBIÉN EN NUESTRO CORAZÓN:

Debemos vivir con el vestido blanco de la pureza, de la inocencia. Reconquistar la pureza con nuestra vida santa.

Debemos vivir con el vestido rojo del amor apasionado a Cristo, hasta el punto de estar dispuesto a dar nuestra vida por Cristo, como los mártires.

Debemos vivir el color verde de la esperanza teologal, en estos momentos duros de nuestro mundo, tendiendo siempre la mirada hacia la eternidad.

Debemos vivir el vestido morado o violeta, pues la penitencia, la humildad y la modestia deben ser alimento y actitudes de nuestra vida cristiana.

Debemos vivir el vestido rosa, solo de vez en cuando, pues toda alegría humana es efímera y pasajera.


Debemos vivir con el vestido azul mirando continuamente el cielo, aunque tengamos los pies en la tierra.



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